19 d’agost 2014

Anticapitalisme i "Podemos". Una visió crítica (2)

(aportació personal, escrita en castellà, realitzada en un debat a la xarxa sobre Podemos i l'anticapitalisme).

Siguiendo debates mediáticos y algunos videos veraniegos uno piensa en una frase capturada al vuelo: "Ojalá, Pablo Iglesias fuera tan lúcido puertas adentro de Podemos, donde él y su círculo de amigos y colaboradores imponen debates y cortan las alas a los círculos de base". No todo es como reluce...Los he votado, pero estas cosas así como el compulsivo "me gusta" hacia lo que dice el lider suscitan reservas en relación al proyecto y hacen pensar en la vigencia de los movimientos sociales más clásicos pero igualmente necesarios. La gramática dominante en Podemos -básicamente la del entorno dirigente- es muy hostil y reacia hacia planteamientos de clase e internacionalistas, por mucho que estos procedan de corrientes desburocratizadas y acordes con las nuevas realidades. La ausencia de la clase como sujeto o como sujeto potencial de cualquier proyecto emancipador se sustituye por un difuso magma ciudadano. La ausencia del internacionalismo se puede atribuir a un nacional-populismo constituyente y estatalizador que, al mismo tiempo y paradójicamente, se muestra insensible hacia las variables de carácter plurinacional que requieren políticas específicas (pero no cerradas) y no meras declaraciones retóricas sobre el derecho a decidir. Hay algo que chirría con esta obstinación por hacer 'tabula rasa' de experiencias de agregación sociopolítica anteriores y coincidentes o afines con la que ahora nos ocupa. El lenguaje adaptado al "sentido común" no necesita obviar que ser anticapitalista -con la que está cayendo- es algo lógico, comprensible y nada disuasorio para "el gran público". Por último, decir que la génesis de Podemos está directamente vinculada a la decisión de la izquierda anticapitalista de apostar en su día por espacios más amplios de confluencia. Ese esfuerzo previo no se corresponde con el nivel de las hostilidades del aparato central de Podemos hacia quiénes experimentaron en su momento con algo que avanzaba como hipótesis estratégica y deseable. Hostilidades, tambíén, hacia quienes desde otras ubicaciones y trincheras seguirán atentos frente a las brechas de esta crisis, de este régimen y de este sistema. Hacia este submundo emergente de luchas, tradiciones y recomposiciones. Un mundo que sabe a revolución, en el más amplio de los sentidos y de las culturas de la izquierda.